Llega la hierba

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miércoles, 9 de marzo de 2011

Jelana Dokic resurge desde el infierno

Dokic con el trofeo de Kuala Lumpur.
El pasado fin de semana Jelena Dokic conseguía en Kuala Lumpur el sexto título WTA de su carrera profesional, el primero después de nueve años, que le permitió alzarse hasta el puesto número 61 en la clasificación mundial de la WTA.
Ahora Dokic vuelve a sonreír gracias al tenis, pero no siempre ha sido así. Su carrera ha estado ligada a los escándalos, sobre todo por parte de su padre Damir Dokic, a los altibajos en su tenis y estados de ánimo, que le dejaron fuera de las pistas por una gran temporada.
Dokic se hizo profesional en 1998 con sólo 15 años. Procedente de una familia humilde australiana de origen serbio, la tenista no tardó en dar el salto a la fama tras ganar por 6-2 y 6-0, con 16 años, en primera ronda de Wimbledon a la número uno del mundo y vigente campeona, Martina Hingis. En dicho torneo alcanzó sus primeros cuartos de final de Grand Slam tras ganar en octavos a Mary Pierce, novena cabeza de serie. Este buen resultado la hizo saltar del puesto 129 al 37 y el despegue de su carrera.
El mundo entero veía en ella a la nueva Mónica Seles, al ver similitud en los golpes de revés y ser de origen balcánico. Pero a la misma vez que Dokic lograba más éxitos, su padre Damir iba ganando enemigos en el circuito por sus malos modales. Aunque ella aún no lo sabría, la relación con su padre terminaría por arruinarle su futuro profesional.
En el año 2000 Jelena siguió deslumbrado en el mundo tenístico llegando a las semifinales de Wimbledon, hasta el momento su mejor resultado en un Grand Slam, y a las semifinales de los Juegos Olímpicos de Sydney. Terminó el año la número 26 y su progresión tenística y en el ranking era ya una realidad. Tenía todo lo necesario para ser una de las grandes del circuito. Aunque aún no sabía lo que estaba por llegar.

Primeros títulos WTA
En 2001 y tras un sorteo muy desafortunado en el Open de Australia donde le tocó enfrentarse en primera ronda a Lindsay Davenport, su padre Damir Dokic amenazó tanto a la organización como a la Federación Australiana de Tenis. Finalmente cumplió sus amenazas e hizo que su hija se nacionalizara serbia.
A pesar de los problemas y excentricidades de su padre, tenía la entrada vetada en muchos torneos, Dokic siguió centrada en su tenis y logró, ese mismo año, su primero torneo WTA en Roma, a él le seguirían el de Tokyo y Moscú. Todos ellos ante grandes tenistas. Su gran temporada le reportó terminar el año como octava.
Su padre fue una mala influencia.
En 2002, a pesar de no disputar la temporada australiana por la polémica del año anterior de su padre y todo lo que había ocurrido después, Jelena no sólo se mantuvo en el ranking, sino que llegó a ser la número cuatro mundial y a conseguir dos nuevos torneos, el de Sarasota y el de Birmingahn. Ese año lo terminó como novena jugadora mundial.
En 2003 decidió volver  a no disputar la gira australiana, algo que le pudo pasar factura o como más bien ella declaraba el no haber hecho una "buena pretemporada". Lo cierto es que no cosechó nada más que una final en todo el año. Un bagaje muy pobre para una tenista ubicada en el Top Ten.
El año 2004 sería el de su caída empicada y la joven tenista, que volvía a renunciar la disputa del Open de Australia, cayó por debajo de las 100 primeras. Dokic rompió con su novio y volvió bajo la influencia de su padre, que terminó por acabar con su prometedora y meteórica carrera. No logró hacer buenos torneos y una lesión en su codo la mantuvo alejada de las pistas durante un buen periodo.
Su mal ranking provocó que en 2005 Dokic tuviera que disputar muchas rondas previas y torneos ITF. Su vida había cambiado por completo y ya no era la tenista competitiva que se había visto los años anteriores. Sus golpes carecían de efectividad y cometía demasiados errores derivados de su falta de concentración y de confianza. Descendió hasta el puesto 351.
El año 2006 no traería mejores noticias para Dokic que sumida en una desconfianza total en su juego, no logró superar la primera ronda de ningún torneo WTA que disputó. Basó su actividad en campeonatos ITF, pero sin buenos resultados. Ello provocó que la joven y prometedora tenista cayera por debajo de las 600 mejores.

Sorprendió su rápida progresión.
Lesión, depresión y vuelta al tenis
El problema que tuvo Jelena Dokic durante todos esos años es que tuvo mucha presión sobre sus hombros, además de una lesión tras romperse una muñeca que le hizo meterse dentro de una depresión impresionante. A ello hay que sumarle las locuras de su padre, que no le ayudaba nada.
Pero lejos de rendirse, Jelena decidió volver bajo la bandera australina y poner punto y final a la relación con su padre. Con esta idea la ex número cuatro mundial pretendía volver a la élite de un deporte que la echaba de menos.
Utilizó el año 2008 para rodarse y ver como regresaba a las pistas, un regreso poco sonado ya que se limitó a jugar ITF y en Australia no hizo grandes resultados. Sería en 2009 cuando el nombre de Jelena volviera a tomart protagonismo en los medios de comunicación al alcanzar los cuartos de final del Abierto de Australia y terminar el año dentro del Top-100, algo que no lograba desde 2003.
Parecía que Dokic volvía a su nivel pero sólo fue un espejismo, las migrañas y una lesión de codo la impidieron jugar a su máximo nivel en 2010 y descendió de nuevo más abajo del Top-100. El cuerpo de Dokic no era el mismo que hacía siete años, había engordado y no estaba tan en forma como en el pasado.
Sabedora de las limitaciones de su físico, la tenista australiana decidió entrenarse muy duro de cara a 2011. Tal y como ha señalado "he trabajado muy duro y sé que los resultados llegarán. Ahora estoy muy confiada y agresiva con mi juego". La evolución en su juego no ha tardado en verse y Jelena ha vuelto a saborear las mieles de la gloria. En un año en el que ya ha ganado a rivales de la talla de Francesca Schiavone, Nadia Petrova o Lucie Safarova.
Dokic es una jugadora muy completa. Tiene buena derecha, revés, saque. Es alta y tiene la fuerza y personalidad necesaria para jugarle de igual a igual a las tenistas más potentes del circuito. Puede conectar tiros ganadores desde cualquier zona de la pista, y tiene un espíritu luchador, adquirido por su agitada vida. Además ha vuelto con hambre de gloria. Si las lesiones la respetan y sigue apostando fuerte por el tenis puede que Dokic vuelva a la élite del ranking mundial, de la que nunca debió de salir.

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