La campeona de Roland Garros en 2008, que cayó hasta el número 65 del mundo en julio, volverá a colocarse en el número 17 tras concluir la temporada con un gran cambio de suerte.
La decimoséptima posición sigue estando lejos del número uno, en el que la serbia se situó durante 12 semanas tras su victoria en Roland Garros, pero le da un motiva para ser optimista respecto a 2011.
"Habrá algunos altibajos hasta que llegue a ese nivel en el que me siento cómoda todo el tiempo al jugar contra las principales tenistas, pero me siento muy confiada respecto a mi juego y mi estado físico", dijo Ivanovic, que cumplió 23 años durante el torneo.
"Creo que mi juego se está acercando a donde solía estar y soy aún más agresiva, y, en lo que respecta a la experiencia, ahora soy mucho más madura y una jugadora más completa", agregó.
Ivanovic dijo que alcanzar el número uno del mundo había sido en realidad un obstáculo a su progreso. "Llegué al número uno y pensé: 'Esto es genial, debo jugar aún mejor para mejorar'. Comencé a cambiar mi técnica y la forma en la que estaba trabajando", explicó.
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