Justine Henin, que tuvo que poner fin a su carrera como tenista a los 29 años el pasado mes, explicó este lunes en Bruselas que parar fue "más una sentencia que una decisión", y añadió que está muy entristecida por los rumores de dopaje que la conciernen. "Por la mañana, me hacían falta diez minutos para mover el codo, el ligamento ya no era lo suficientemente sólido para hacer tantos esfuerzos. Me lo tomo más como una sentencia que como una decisión", dijo la belga sobre su retirada.
"Hay que ser razonable. A mi regreso de Australia vi tres médicos. Independientemente de mi voluntad, era imposible seguir" dijo Henin, en declaraciones realizadas en conferencia de prensa.
La ex número uno del mundo, que se lesionó en el Abierto de tenis de Wimbledon el pasado mes de junio, tuvo que ser operada de su lesión. Tras retomar los entrenamientos a principios de octubre, la belga tenía como objetivo comenzar la temporada 2011, pero sus dolencias pusieron fin a sus intenciones.
Doliéndose del codo, la belga fue eliminada el pasado 21 de enero en el Abierto de Australia, antes de volver a su país para someterse a nuevos exámenes médicos, cuyos resultados desencadenaron su retirada.
Henin también comentó los rumores de dopaje que la conciernen, y que surgieron debido a su retirada de hace dos años. "Me hacen daño, eso hizo mucho daño en mi entorno. No puedo aceptarlo, ni olvidarlo ni perdonarlo. Nunca hice trampas", aseveró Henin.
Tras la conferencia de prensa de este lunes, el futuro de la belga aún quedó por esclarecer, puesto que se limitó a anunciar vagamente su intención de dedicarse al deporte en su país.
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